lunes, 22 de junio de 2015



¿QUÉ ES EL AGUA POTABLE?

El agua potable es aquélla que puede beberse sin peligro, pues no provoca ningún daño para la salud. Muy por el contrario, es la bebida ideal para nuestro organismo. Antes de tomarla, el agua de ríos, lagos y otras fuentes debe ser potabilizada, que significa purificar o depurar.

Puede ser que la prefieras fría o a temperatura ambiente; que la sirvas en un vaso o en otro recipiente. Cada quien tiene sus preferencias particulares a este respecto. Sin embargo, todas las personas tienen en común unas exigencias mínimas para poder beber el agua; ésta debe ser:

• Limpia y sin partículas visibles que estén flotando en ella y la hagan turbia.
• Incolora y transparente.
• Insípida, es decir, sin sabor, o si lo tiene, éste debe ser agradable.
• Inodora o carecer de algún olor particular.

¿Verificas estas características antes de tomar agua? Seguramente que sí, aunque no sea conscientemente. Para ello utilizamos nuestros sentidos: olfateamos, degustamos y miramos el agua; por tal razón, a todas estas características del agua las llamamos propiedades organolépticas, lo que significa que son apreciables mediante el uso de los órganos de los sentidos. Pero hay otras características que no se aprecian sensorialmente y que debe poseer el agua para beberla con seguridad. Una de ellas es que esté libre de microorganismos patógenos, como gérmenes y bacterias causantes de infecciones u otras enfermedades transmisibles al consumirla.


La otra característica es que debe estar libre de sustancias peligrosas para la salud como ciertos metales, exceso de sales disueltas o incluso presencia de compuestos químicos perjudiciales e indeseables para el consumo humano. Tanto los microorganismos patógenos como las sustancias dañinas podrían pasar inadvertidas, si sólo nos atenemos a comprobar las propiedades organolépticas del agua.

La desinfección del agua consiste en matar o eliminar los patógenos presentes en el suministro del agua y prevenir que crezcan de nuevo en los sistemas de distribución. La desinfección se usa para evitar el crecimiento de organismos patógenos y proteger la salud pública. La elección del desinfectante depende de la calidad de agua individual y sistema de suministro del agua. Sin desinfección, el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua aumenta.

El agua puede potabilizarse de diversas formas con el objetivo de destruir los microbios o parásitos que se encuentren en ella, y que pueden causar enfermedades a las personas.
Para potabilizar el agua, se realizan las siguientes operaciones:

 1. Filtrado inicial: Se pasa el agua cruda recién captada y conducida a la planta a través de rejillas para separar los fragmentos sólidos de gran tamaño, como hojas, ramas y guijarros de grava y arena. Como ya sabemos, la filtración ayuda a separar el agua de otras sustancias con la que forma mezclas heterogéneas.

2. Precloración: Se añade cloro, en dosis apropiadas e inofensivas para el consumo humano, para eliminar los microorganismos y otras impurezas del agua. Se emplea, por su efectividad desinfectante para erradicar gérmenes y microbios, suprimir olores, decolorar el agua, evitar la proliferación de algas, eliminar compuestos de hierro o de manganeso y ayudar a la coagulación de algunas materias orgánicas.

3. Coagulación y Floculación: Se agregan productos químicos como el alumbre o el similar sulfato de aluminio Al2 (SO4 ) 3 para favorecer que las partículas sólidas, en suspensión y dispersión coloidal, se agrupen formando coágulos o flóculos, que precipitan más fácilmente arrastrando todo lo que estaba en suspensión. Esta operación se usa principalmente para separar los materiales coloidales.

4. Sedimentación: En esta operación se decantan o se asientan los flóculos y otras partículas al dejar el agua en reposo en tanques muy grandes que se llaman sedimentadores. El lodo del fondo del sedimentador se remueve cada cierto tiempo con una maquinaria barredora que lo recoge y lo saca del sistema.

5. Filtración: Se hace pasar el agua por sucesivos filtros para eliminar cualquier resto de impurezas que hubiesen podido quedar luego de las operaciones anteriores. Los filtros suelen ser de, antracita, arena y grava. 6. Post-cloración y envío a la red de abastecimiento: Para eliminar los microorganismos más resistentes y para la desinfección o “purga” de las tuberías de la red de distribución, se puede añadir nuevamente cloro mientras el agua es distribuida por la red.



Puesto que todos estos procedimientos funcionan en forma secuencial y encadenada, y por los enormes volúmenes de agua tratada, es que se considera a las unidades potabilizadoras como verdaderas plantas o fábricas que producen agua potable a escala industrial.








¿QUIÉN ESTABLECE QUE EL AGUA ES ÓPTIMA PARA EL CONSUMO HUMANO?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado pautas sobre calidad del agua potable. En nuestro país Venezuela, se siguen sus recomendaciones y para garantizar sus óptimas condiciones de consumo, se cumplen una serie de procesos tecnológicos. Son dos los procesos previos a la potabilización, indispensables para que el agua sea distribuida con seguridad y con calidad óptima: la captación y la conducción.

La captación consiste en recolectar y almacenar agua proveniente de diversas fuentes para su uso benéfico. El transporte por tuberías hacia el lugar donde será tratada, es la conducción. El agua captada de la cuenca y conducida a estanques reservorios puede aumentar significativamente el suministro.




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www.noticias24.com/venezuela/.../en-infografia-conozca-el-proceso-utili..